Durante algunos años he trabajado como educadora social y parte de mi trabajo era la formación en educación afectivo-sexual y prevención con adolescentes y jóvenes.
Siempre me ha resultado un campo curioso y en el que hay mucho aún por aprender, la forma en que transmitimos los conceptos de sexualidad y afectividad son múltiples y hay un sinfín de recursos interesantes disponibles.
Particularmente me gusta hacer una pequeña revisión a través del arte.
En el periodo Edo japonés surgió el arte «Shunga» como una representación artística erótica.
Los Shunga convirtieron a Japón en uno de los máximos exponentes del arte erótico entre los siglos XVII y XIX. Las pinturas, de carácter explícito, ilustraban los «libros de almohada»; pequeños manuales de sexo que eran celosamente guardados en cajas laqueadas, bajo la almohada de los amantes.
Los Shunga (cuyo significado es «pinturas de primavera»), basaban su repertorio no sólo en los amoríos de los samuráis con famosas cortesanas o jóvenes edokkos, también tenían una relación muy estrecha con la literatura y los sucesos de la época.
Los Shunga son un reflejo de los gustos y costumbres de esos tiempos. Ellos tienen sus propias convenciones y exageraciones…
Los términos pornografía y obscenidad son heredados del patrimonio cultural de la tradición judeo-cristiana donde el «placer de la carne» es considerado pecado y no un componente natural de la condición del hombre. Como plantea Focault «la historia de la sexualidad debería leerse en primer término como la crónica de una represión creciente».
En Oriente, en cambio, los aspectos relacionados con la sexualidad del hombre se contemplaban en su real dimensión.
El sexo en el arte no era más que la representación de una función natural, acaso el mayor placer del hombre.
El shunga (春画) es un género de producción visual japonés que tiene como tema principal la representación del sexo. Está vinculado principalmente con la producción gráfica conocida como «estampas del mundo flotante», o xilografía ukiyo-e, del período Edo (1603-1867), a partir de imágenes de álbumes o de ilustraciones de textos de la literatura popular de entonces, así como con la producción pictórica de la época. A pesar que su producción estuvo marcada por regulaciones y prohibiciones por parte del gobierno, la realización de este tipo de obras continuó prácticamente hasta finales de la era Meiji, con la prohibición de material «obsceno» en el Código civil del año 1907.
La traducción literal del vocablo japonés (de origen chino) shunga significa «imágenes de primavera», siendo «primavera» un eufemismo común para las relaciones sexuales. Las escenas describían relaciones sexuales de todo tipo, incorporando en ellas a los más variados actores de la sociedad japonesa de entonces, como a los miembros de la clase comerciante, samuráis, monjes budistas e inclusive seres fantásticos y mitológicos.
La gran mayoría de los ilustradores de ukiyo-e realizaron este tipo de imágenes debido, entre otras razones, a que tanto artistas como editores obtenían buenas sumas de dinero de la venta del material, incluso a pesar de estar vigente alguna prohibición, por lo que existe una gran cantidad de imágenes que fueron realizadas por ilustradores de renombre. Por otro lado las mismas prohibiciones llevaban a sus creadores a no firmar sus trabajos, pero a modo de que la gente supiera el autor, desarrollaron una serie de artimañas, como poner en las imágenes sobrenombres o señales apenas perceptibles, que eran fácilmente identificables para el público de la época.
Tras la apertura de Japón a Occidente, a mediados del siglo XIX, el arte japonés contribuyó al desarrollo del movimiento conocido como japonismo.
Se dice que el shunga ha servido, además, de inspiración para las imágenes del hentai, el cual también es sexualmente explícito.
Las tipologías más comunes de shunga que se produjeron son 3:
- Shunga emaki (春画絵巻, ‘Shunga emaki’): Eran rollos con formato horizontal que se comenzaron a producir a partir del siglo XII y hasta el período Meiji, siendo muy popular entre los sacerdotes, la aristocracia y la clase samurái.Este tipo de rollos combinaban texto con ilustraciones (yamato-e). A lo largo del período Edo tuvo que competir con la popularidad, y rentabilidad, de otras tipologías como los álbumes y los libros ilustrados. Es importante remarcar que estas pinturas circulaban en circuitos más restringidos debido a lógicas razones vinculadas con su costo, y su disponibilidad (por cuenta del trabajo y tiempo empleado en su producción).
- Soroimono (揃物, ‘Soroimono’) y kumimono (組物, ‘kumimono’): Eran álbumes ilustrados que se imprimían a partir de la misma técnica xilográfica que el resto de los impresos ukiyo-e, por lo que su producción comienzó a partir del período Edo. Dado de que la superficie dedicada a la imagen era mayor que en los libros, y que éstas no se plegaban, permitían un nivel de cualificación técnica mucho mayor, que por ende, incrementaba también su costo. Casi siempre contenían 12 imágenes, y mientras que los kumimono tenían una escena introductoria para el resto de las estampas, los soroimono tenían un título común que era impreso en todos los grabados.
- Enpon (艶本, ‘Enpon’) o shunpon (春本, ‘shunpon’): Eran libros eróticos, siendo la tipología más popular. Se produjeron a lo largo del período Edo y hasta comienzos de la era Taishō. Muchos de ellos se imprimían en blanco y negro, y otros se llevaban a versiones en color, utilizando el mismo desarrollo técnico que experimento la historia del ukiyo-e. Casi siempre combinaban una sección de imágenes al principio con una sección de texto después, que, por regla general, era alguna historia erótica compuesta por alguno de los escritores populares del momento, o en ocasiones por el mismo ilustrador.
A diferencia del común de la xilografía ukiyo-e, el shunga no acostumbraba a producirse como láminas sueltas. Esto es algo sumamente raro que correspondería a algún surimono. Las láminas sueltas que conocemos hoy como shunga, y que se encuentran en muchas colecciones, se subastan o se venden en tiendas o galerías especializadas de arte, originalmente pertenecían a algún álbum que fue desmontado y sus imágenes separadas.
Al día de hoy continúa la restricción contra material obsceno, pero la concepción del shunga ha ido cambiando en la última década de modo que este tipo de obras son toleradas al ser clasificadas como eróticas gracias a la publicación de obras de estudio del tema en Japón y occidente sin censura alguna. En occidente la publicación de estudios relativos al shunga comenzó en 1975 con el libro Shunga, The Art of Love in Japan de Tom y Mary Evans, seguido por Art of the Japanese Book de Jack Hillier en 1987. A pesar de ello, las exhibiciones públicas de este tipo de obras en Japón son reprimidas,por lo que al día de hoy no han habido exhibiciones públicas en el país.
Las escenas describían relaciones sexuales de todo tipo, incorporando en ellas a los más variados actores de la sociedad japonesa de entonces. Personajes comunes eran los chōnin, samuráis, las cortesanas y sus clientes, actores de kabuki, recién casados, jóvenes amantes, así como matrimonios. Algunos otros personajes incluyen a monjes budistas quienes, a pesar de que en teoría renunciaban al sexo, aparecen disfrazados de doctores pues quienes ejercían esta profesión también tenían que raparse la cabeza. Existen obras que además parodiaron antiguos cuentos chinos y japoneses, mientras que en otras aparecen deidades, demonios, animales y otras criaturas en los actos sexuales.
La mayoría de los trabajos contenían escenas explícitas donde parejas mantenían relaciones sexuales, representando principalmente heterosexuales. En este tipo de escenas es importante destacar que las mujeres no están sujetas a un rol pasivo ni a los deseos del hombre, sino que son representadas como sujetos con deseos. A pesar de que en ocasiones aparecen en posiciones de sumisión, generalmente ninguno de los dos toma un rol dominante. Las mujeres aparecen como sujetos activos, evitando ser dominante o sumisa en extremo. Poses características en la erótica occidental, donde la mujer aparece acostada con sus manos detrás de la cabeza no estaban presentes en Japón sino hasta después de tener contacto con las culturas occidentales. Incluso en ilustraciones donde los senos son expuestos, en raras ocasiones aparecen como puntos de interés sexual. Así mismo los senos tuvieron un rol secundario en la práctica sexual y las fantasías eróticas por lo menos hasta antes de la Guerra del Pacífico. Una muestra de ello es que durante ésta época no existían eufemismos o léxico extravagante para referirse a los senos, a diferencia de los existentes para la vagina. Antes del siglo XX, los senos eran visto como símbolo de la maternidad, no como símbolo sexual.
Otras representaciones, con menos frecuencia, muestran relaciones homosexuales, ya sea entre hombres o mujeres. Las relaciones entre dos hombres tienen su antecedente en Japón en el wakashudō (若衆道, ‘wakashudō’ «camino del hombre joven»), donde la parte activa y protectora de la pareja era el de mayor edad y la parte pasiva, el aprendiz, era el más joven, basando su relación en obligaciones y lealtades mutuas. Durante el período Edo dicha tradición, junto con la actitud marcial misma del samurái, comenzó a menguar y en su lugar aparecieron prostitutos vestidos como mujeres (lo que no ocurría en la tradición original). Ihara Saikaku al respecto llegó a asegurar: «En el pasado el camino del joven significaba algo fuerte[…] los chicos de hoy en día sólo son afeminados planos» (yowa-yowa). En el shunga la feminidad de los prostitutos es exagerada, con los genitales cubiertos o reducidos de forma importante, siendo éstos la única prueba de que se trata de alguien del sexo masculino. En este tipo de escenas se puede observar a los protagonistas besándose, masturbándose o practicando sexo anal, aunque es importante destacar que no hay evidencia de que los hombres estuvieran interesados en practicar la felación. Por otro lado en relaciones lésbicas se puede observar a la pareja besándose, frotándose los genitales, practicando cunnilingus o manteniendo relaciones por medio de un harikata (una clase de dildo) o por medio de una máscara de hombre. Este tipo de escenas son muy valoradas por los coleccionistas.
Finalmente, se pueden encontrar imágenes de tríos (generalmente una mujer, un hombre y un chico), o algunas escenas fantásticas donde aparecen animales como pulpos, gatos o perros (generalmente en forma de parodias), demonios y deidades, así como mujeres masturbándose como señal de su amante ausente. Escenas de voyeurismo son frecuentes, generalmente para darle un énfasis cómico a la imagen.
En la gran mayoría de las obras los personajes aparecen total o parcialmente vestidos. Durante el período Edo los baños mixtos eran algo común, por lo que en cuanto a la desnudez femenina como muestra de autorización para el observador masculino, no sólo era innecesaria, sino que no era deseable. Por lo general, en el shunga los genitales son mostrados con un tamaño exagerado.
Es importante destacar que las obras de este tipo desarrollaron distintos niveles en cuanto a su composición. El primer nivel sería la imagen erótica misma, el segundo el lugar de la imagen dentro de la serie, el tercero el texto que acompaña a la imagen y el cuarto algunos simbolismos escondidos dentro de la imagen. Por ejemplo, las ostras simbolizaban los órganos femeninos y los hongos los masculinos, lo mismo que el shakuhachi, una flauta japonesa.
Finalmente, existe un fuerte debate alrededor de este tema en cuanto a si este tipo de representaciones puede ser considerado como arte o se trata de una forma de pornografía.
En mi opinión, la calidad artística de las obras es evidente.
Sin embargo me sigue resultando curioso, la capacidad existente en la época Edo para crear y difundir este tipo de arte erótico en comparación con las impresiones actuales de la erótica y la sexualidad en Japón.
Aunque, obviamente, el Hentai es una derivación moderna de estas obras.
Si os habéis fijado en las imágenes, siempre ellos van semidesnudos (no hay casi desnudos completos). Son muy sutiles y bellos!
◕‿◕
じゃまたね!!!
Ja, mata ne!!!
(Hasta pronto!)
Sara
11 Comments
Oh! Oh! jejejej
Curiosa la libertad pictórica que tuvieron en origen.
Si que es curioso! En Europa por aquellas épocas estábamos a años luz… 🙂
Muy buen trabajo! Tengo aquí delante un libro de Croacia sobre Shunga que quizás te interese 🙂 Aunque dudo que lo podamos descifrar 🙂 Pero hay imágines que no había visto nunca en Internet. Un abrazo grande 😉
Gracias! Merecerá una ojeada sin duda!
Tu mensaje Hola! necesito saber si sabes o si se sabe quién es el autor de estas imágenes. si sabes el autor de alguna, o la fuente de donde las tomaste, podrías dármela? gracias! 8es urgente!)
Hola Iliana, hay muchos autores según el periodo; Durante finales del período Heian, uno de los principales exponentes del arte japonés fue Toba Sōjō, un monje budista de la rama shingon. Generalmente a él le es atribuido a uno de los rollos más antiguos que se conservan.
Durante el periodo Edo y cuando surgió el ukiyo-e: Hishikawa Moronobu. Durante las décadas de 1670 y 1680 tuvo lugar el primero de los grandes auges del shunga, liderado por las obras de Moronobu y Sugimura Jihei en Edo, y Yoshida Hanbei en Kamigata (la región de Kioto y Osaka).[19] Las obras de Moronobu son representativas de esta etapa. Entre 1711 y 1722 de la mano de Nishikawa Sukenobu, artista de Kioto cuyo apellido se convirtió en sinónimo de estampa erótica con el término Nishikawa-e.
Prácticamente de 1790 a 1820 cesó la producción de este tipo de material, con la excepción de los trabajos de Kitagawa Utamaro, activo en la escena del shunga entre 1798 y 1803, y Katsushika Hokusai, activo durante los años 1810.
Alrededor de 1820 tuvo lugar el tercer y último auge del shunga, liderado por artistas como Utagawa Toyokuni y Keisai Eisen, aunque este movimiento terminó con la supresión del año 1841 como parte de las Reformas Tenpō.
Tras la apertura de Japón a occidente durante la Restauración Meiji el arte japonés llegó a Europa. La visión artística del Lejano Oriente era totalmente nueva y rompía con las convenciones en pintura de la época. De este modo surgió el japonismo. Artistas como James McNeill Whistler, Manet, Monet, Van Gogh, Henri de Toulouse-Lautrec o Paul Gauguin se vieron influenciados por artistas japoneses,[45] entre los principales Hokusai, Hiroshige y Utamaro.
Siento haber contestado tan tarde, estaba de vacaciones, espero que te sea util la info.
^_
Tu mensaje
Soy pintor y considero estos grabados como obras de arte bellísimas. Sin más comentarios. Un abrazo.
Lo son! ; Gracias a tí!
[…] http://www.nekotabi.es/arte-erotico-japones-los-shunga-%E6%98%A5%E7%94%BB/1493 […]
Tu mensaje Gracias por la alegria que me proporcionaste al mostrar imagenes tan fantasticas y junto con la calides de tu informacion …te cuento que adquiri un librito ..en el barrio LIBERDADE….Utamaro y KOMACHI-BIKI…2..Me gustaron muchisimo….encontre algunas….donde se muestran ecenas de shibari…..sabrias quien es el autor ……bj desde brasil