Vietnam: Hanoi

Llegamos a Vietnam tras una semana en Hong Kong. En el aeropuerto trámites para el Visado (no olvideis llevar 25$ por cabeza y un par de fotografías), tras una hora de burocracia salimos del aeropuerto, rumbo a la ciudad, que está a unos 30 Km de aquí. Hien nos fué a buscar y nos acompañó al hotel en la ciudad vieja de Hanoi.

La primera impresión es el caos y la belleza, Asia en estado puro y sin ningún tipo de vergüenza por lo propio.

En Hanoi se mezcla la elegancia exótica de la antigüedad con la nueva cara dinámica de Asia. Es un lugar donde lo medieval y lo moderno co-existen. Una ciudad con una mezcla de la gracia colonial y el ritmo de Asia.

Tiene una población estimada de 6 millones de habitantes y 4 millones de motos.

Pero Hanoi es historia, tras la separación de Vietnam del Norte y del Sur, Hanoi continuó su evolución paralela bajo uno de los dirigentes más conocidos del planeta; Ho Chi Min, o cómo le llaman aquí los jóvenes «El tio Ho».

Hoy su momia descansa en un enorme mausoleo, al más puro estilo comunista en el centro de la ciudad.

Muy cerca se encuentra su casa y el palacio presidencial, que nunca utilizó como vivienda, ya que señalaba que era demasiado ostentoso. Ho Chi Min decidió ir a vivir con los trabajadores y durante años fue así, mantuvo una existencia humilde mientras trataba de llevar al pais a un escenario en el que la cultura y la educación para todos prevaleciese.

Hoy tanto su casa como los alrededores forman parte de un museo histórico, en el que también encontramos el templo de un sólo pilar, una ofrenda del antiguo emperador a su esposa y que trajo consigo la fertilidad.

En Vietnam existen muchas tribus diferentes, las del norte que aún viven en las montañas de Sapa mantienen sus rituales y una forma de vida atemporal bajo las nubes que cubren esta tierra de arrozales.

Quizás la muerte esté más cerca y ronde más a los vivos, quizás representando en madera todas las etapas de la vida de un humano comprendamos mejor la situación, pero sólo quizás.

Pero Hanoi continua con su ritmo endiablado, y aunque se nos aseguró que no podríamos soportar este caos, fue al contrario. Nos enseñaron a cruzar las calles casi nada más llegar, la frase es «o paras o te paro», con esta premisa cruzas entre cientos de motos, sin ningún órden en el tráfico y te dejas llevar pro el ritmo de una ciudad que crece cada día.

La historia de Vietnam no s una historia alegre, al contrario.

La mayor parte de su historia, Vietnam estuvo gobernado por varias dinastías del Imperio Chino y algunas propias. No obtuvo la independencia hasta el inciio del Siglo X y la autonomía como país un siglo más tarde.

Este periodo finalizó cuando los franceses colonizaron el país a mediados del Siglo XIX, después, deurante la Segunda Guerra Mundial fué Japón quien los ocupó, pero respetando la autoridad francesa hasta más o menos el final de la Guerra, cuando trataron de exterminar al poder francés por sospechar de un apoyo a una posible invasión aliada. En esta momento Ho Chi Minh proclamó la República Democrática de Vietnam.

Al finalizar la Guerra, Francia intentó restablecer su control; pero falló y estalló la Guerra de Indochina que finalmente perdió. Los Acuerdos de Ginebra dividieron al país en dos: Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. Durante la Guerra Fría, el norte recibió el apoyo de la República Popular de China y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, mientras que el Sur obtuvo el apoyo de los Estados Unidos. Rápidamente las tensiones llevaron a la Guerra de Vietnam que terminó con la retirada de las tropas estadounidenses en marzo de 1973 y la toma de Saigón en abril de 1975. En 1976, Vietnam se unificó bajo el gobierno de Vietnam del Norte y tomó el nombre de República Socialista de Vietnam.

En 1978 Vietnam invadió la Kampuchea Democrática de Pol Pot y precipitó la caída de su régimen. Mantuvo unos 100 000 soldados durante toda la década de los ochenta.

Pero a pesar de los continuos conflictos hoy el pais es un pais que quiere paz y desarrollo, que merece un descanso.

Los contrastes son curiosos en esta ciudad que se desmonta, por un lado la tradición más pura y por otro la clara percepción de que se encuentran a un paso de una importante modernización. No obstante se mantienen las tradiciones, como la del matrimonio. Cualquier mujer vietnamita desea casarse y tener una familia antes de los 27 años. En la ciudad encontramos en varias ocasiones a chicas haciéndose fotos para su album, ellas sólas, disfrutando ese momento personal tan importante para ellas. La visión de los chicos jóvenes es mucho más realista, saben que deben conseguir un trabajo y medios suficientes para poder tener novia y casarse. Es muy normal entre los jóvenes que no existan largos periodos de noviazgo, antes del año se suelen casar y comenzar un vida juntos.

La influencia China es muy grande aún. El budismo mahayana es practicado por el 80% de la población, además el confucianismo y el taoísmo chinos han tenido una fuerte influencia y arraigo en el país pero generalmente se les sigue conjuntamente con el budismo.

El incienso omnipresente en este viaje hace que vuelen los deseos de los humanos rumbo quizás a otro plano de existencia donde la realidad mágica se hace más palpable.

El caos de lo bello y de los momentos de simpleza, tienen pájaros, si, pero cada mañana cuelgan las jaulas de árboles para que estos puedan disfrutar de un mejor entorno y se distraigan hablando de sus cosas con otras aves.

En el centro, el lago de la espada destituida, creado por una tortuga gigante, que se supone que aún habita las verdes aguas.

Pero la ciudad y su gente lleva otro ritmo, imágenes clásicas que uno observa en directo sin que esto resulte extraño.

El trabajo de las mujeres en cada rincón de Hanoi, la longevidad y la sonrisa desdentada convierten los minutos en casuales escenas de un mundo que «ya fue».

Como si el cambio que se avecina no fuese a interferir lo más mínimo en el día a día de la gente.

Que al caer la tarde se reúne en las aceras para tomar la cena y beber cerveza, dejando que el resto del mundo siga con sus cosas, con buen humor y sobretodo con mucha tranquilidad.

Pero es palpable que el país va hacia delante. No hay carencia de empleo, muchas fábricas y multinacionales han elegido el país como sede de sus manufacturas. Además, aquí, siempre existe la posibilidad de trabajar en tu propia casa. Como en Marruecos, cada pueblo por el que pasas ofrece al que viaja un sinfín de productos y todo lo necesario para la vida, desde ladrillos y cemento para construir tu casa a alimentos de todo tipo.

La sociedad avanza a una velocidad exagerada para algunos. Hoy en Vietnam hay muchas diferencias entre clases. La especulación con el suelo y la vivienda ha provocado que desde hace unos años, la compra de una vivienda sea algo inalcanzable para el ciudadano medio.

Entre este caos, cada dia es un día nuevo, lo moderno y lo antiguo, las ganas de salir adelante, conviven sin que a nadie le llame la atención.

Y en los rincones vestigios de la historia que portan. Una gran parte de sus vidas, generación tras generación, aprendiendo a convivir y a salir de las situaciones difíciles con el talante más positivo posible. Envidiable, sin duda.

Pero Hanoi merece, sin duda, una visita. Sin esperar nada a cambio, sólo perderse por las calles de la ciudad vieja, aprender a degustar la deliciosa comida Vietnamita, reirse con la gente, charlas aquí y allí, sin prisa. Concluir el día escuchando historias y el murmullo de las motos, los niños, la gente, pasar por el teatro nacional para ver las marionetas sobre el agua, y seguir camino con la certeza de que aquí y ahora Asia se mueve.