Hace años, cuando pisé por primera vez tierras niponas debí contraer alguna de esas enfermedades raras, de esas con difícil diagnosis y muy rara cura… tras aquel primer viaje se abrió la caja de Pandora y es que, desde entonces, esta enfermedad tiene extraños efectos sobre mí. Por ejemplo; en ocasiones mientras miro el Cantábrico desde mi ventana se me va la mente hacia aquellas playas de peces de colores, en otros momentos las montañas de León me recuerdan a otras vistas en los Alpes Japoneses…
Nombres de lugares, personas, sonrisas, olores, templos, bosques, sabores, colores, idiomas, formas de vida…
Han pasado 9 años de aquella primera incursión asiática, y desde entonces hubo un poco de todo, porque aunque tuvimos un accidente de por medio que nos mantuvo quietos un par de años, la cosa ha seguido avanzando y conquistando nuestro corazón por completo.
No sé por qué no me paro tanto por este lado y, sinceramente, hoy estoy escribiendo porque ayer me habían hackeado el WP y esto me ha molestado lo suficiente como para ponerme a escribir y a darle vida de nuevo.
Faltarían muchísimas cosas que deberían haber sido escritas aquí, pero no sé, hubo un punto de inflexión en el primer viaje que hicimos de 9 meses en el que decidí únicamente vivirlo, vivirlo todo sin contarlo, o resumiendo a mínimos. Alguna imagen en FB o Instagram o Flickr y se acabó.
Y no es que nada se haya acabado, al contrario. Es que cada día me cuesta más sintetizar.
Ahora, a una semana de irme de nuevo tengo una mezcla de nervios y tranquilidad rara. No sé si os ha pasado. Por un lado cada viaje me emociona, me pone nerviosa, me provoca una semana antes de sueños y sonrisa nerviosa…Nuevos lugares y los que ya conocemos de antes.
Esta vez, como en parte es un viaje de trabajo no habrá mucho espacio para explorar nuevos países y sin embargo la emoción está ahi, constante. Pero esta vez hay algo diferente…la sensación de volver, de ir a ver amigos, la familia de Asia, el otro lado de mí.
Y la emoción lo ocupa todo, porque con los años aprendí a viajar diferente y a disfrutar de las personas en los lugares.
Este pasado Mayo estuve en República Dominicana y NY visitando a dos de mis mejores amigas desde niñas y en fin, quizás no fue un viaje de descubrimiento, ni en el que hicimos mucho caso a las recomendaciones, nos costó muy poco subirnos a un ferry para pasar por delante de la Estatua de la Libertad o vagar por las playas de Las Terrenas en motoconcho, nos dedicamos a recorrer Manhattan y Brooklyn en bici durante más de una semana, bajo la lluvia en la 5th avenida con sonrisa eterna. Esos momentos que compartimos con propios y extraños en los que nos sentimos un poco más vivos, un poco más presentes…
Ahora, a una semana de irme para allá, me hace hasta ilusión parar en Dubai a no hacer nada y respirar ese calor húmedo y seco a la vez, oler el mar desde las aceras y saber que durante un par de meses me llenaré de otros colores que alimentarán el invierno y que servirán de almohada en las eternas tardes de lluvia aquí en Gijón.
Igual no tengo remedio, o igual es que no debe haberlo.
Voy a intentar, sin orden ni fecha, ir poniendo aquí algunas de las cosas que me gusten y sorprendan, al final, no necesitáis que os hable de cómo es llegar a Tokyo o a HK. Desde que comencé esto en el 2010 la información disponible en la red se ha multiplicado por 100 y ahora mismo hay un montón de excelentes webs de viajes a Japón o a Asia que podemos consultar y nos dan buenísimas sugerencias.
Creo que me he tirado al lado salvaje y ya ni siquiera tengo una Lonely Planet de ningún país…esta última semana el Time Out de Tokyo o el Tokyocheapo son lecturas interesantes, a la vez que los comentarios de amiguines o las ganas que tengo de llegar a Hong Kong para reencontrarme con Pang y Man, amiguines de coachsurfing o para ir en Tokyo a esa noche de Karaoke y Jet Lag con pelucas con Gemma y Robert, de volver a ver a Ryota y a Takeshi y a Reina y a Takako! De poder abrazar a Tomoko y de meterme en nuestras playitas en Okinawa a perseguir peces de colores…
A veces, es necesario dar la vuelta al mundo para colocarte en una posición rara, lejos de tu zona de confort, aislado, libre…descansando de la, para mí, ahora tan intrigante y vieja Europa.
Es necesario.
Y como reza la canción…Y volver, volver volver!!!!!!
Por si no nos vemos tanto por aqui, también estaré por acá:
https://instagram.com/sara.hoshi/
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