Todo viaje tiene un meridiano, ese punto en el que sabes que te acercas a la mitad…comenzando el 5º día en Marruecos ante nosotros uno de los viajes en coche más largos de todos los que habíamos preparado.
Saliendo desde Agadir, con rumbo Ouarzazate, que está a unos 360 km, apróximadamente, a travesando el AntiAtlas.
Con sol de justicia, desayunamos en la terraza y nos pusimos rumbo al interior de Marruecos. Apenas a 90 Km nuestra primera parada, Taroudant.
Tarudant (en árabe: تارودانت) se emplaza en el valle del río Sus. Se encuentra en la carretera que va de Agadir a Uarzazat. Tiene el aspecto de una pequeña ciudad-mercado fortificada de un ruta caravanera.
Se le llama la «Abuela de Marrakech» porque se parece a esta ciudad en pequeño, con su recinto amurallado, que al contrario de Marrakech encierra todo su casco urbano.
Atravesando las puertas hacia la medina, el ambiente cambia totalmente. El sol cae como plomo, pero agradecemos las sombras y los pasadizos.
Hoy en día la ciudad es muy mercantil y tiene un zoco junto a cada una de las dos plazas centrales y otro semanal fuera de la muralla.
Su muralla tiene 6 kilómetros de perímetro con bastiones y nueve puertas que todavía hoy se mantienen intactas.
Esta ciudad es bastante grande y con suficientes recursos como para proveer a los viajeros de la ruta y los pueblos de los alrededores. Se aleja mucho de los zocos de Marrakech y no abunda el turismo en muchos de ellos.
El calor se une a los miles de insectos que pululan con absoluta libertad…
Ya al principio del callejeo me encuentro con el rey del barrio, que en esta ocasión siestea con absoluta pereza, atento a mis siseos, sin tampoco darle demasiada importancia a tal interrupción de lo cotidiano.
Entre calles encontramos cientos de puestos, diferentes mercados, uno para cada cosa, el pescado, la fruta, el pan, la carne, las especias…bajo este sol implacable y en una mañana concurrida de lunes.
Algunos rostros y gestos diferentes, rasgos de pertenecer a otras tierras, ineludible territorio bereber a las puertas, de azules llenos!
Cruzando entre pasillos de luz y ocres, con el sentimiento momentaneo de estar en una ciudad que sirve de parada y descanso a muchos, una ciudad de paso al desierto!
Con reposado descanso en la esquina de turno y ancianos que aún han visto mucho más que yo en este viaje en gato…
Para alejarnos por donde vinimos, extramuros, rumbo al coche de nuevo, continuando el viaje desde el otro lado de la ciudad amurallada…
Sigue haciendo calor, con 30º los coches están ardiendo, igual que el agua, y seguimos ruta, en el camino de nuevo el Argán, extensiones de estos árboles que pueblan Marruecos casi de forma única, comienza la subida!
Me llevo unos cuantos frutos de Argán con la sana intención de plantarlos en casa en León, ahora mismo ya estarán descansando en esa tierra, veremos que sucede, no sé si aguantarán las heladas del norte, aunque realmente tengo la impresión de que los inviernos en esta parte de Marruecos también deben ser bastante duros.
La misma Nacional 10 continúa rumbo a Uarzazat, a 120 Km de Taroudant nuestra siguiente parada; Taliouine. Un pequeño pueblo ya muy cerca del anti atlas, conocido por sus extensas plantaciones de Azafrán y su impresionante y bien conservada Kasbah.
Entramos de lleno en la región de Souss y lo primero que veremos es su impresionante kasbah glaoua, que se esta desmoronando por partes, en la parte mas conservada aun siguen viviendo los descendientes de los sirvientes de los glaoua.
Esta ciudad es el centro del azafrán, la especia mas cara del mundo, este crece en una franja muy estrecha de terreno. El crocus sativus, del que procede, florece entre octubre y noviembre.Obviamente aún no había flores de Azafrán, pero son tan hermosas!
Me resulta curioso que de estos áridos suelos y tierras ajadas florezcan tesoros tan valiosos desde hace muchos muchos años…alguna ventaja tenía que tener el ocre tierra y las duras condiciones de vida de la región.
El calor y el hambre nos hacen buscar un lugar donde descansar y alimentarnos. Es bajo la Haima del albergue Le Safran donde se delivera que comemos hoy, tarea fácil en cierta medida, sabemos que casi el 95% de los platos llevan azafrán del que ellos mismos cultivan.
Omelettes, un tajine, couscous, pasta…todo delicioso y con cerveza fresquita!…un té a la sombra antes de seguir ruta.
Y ante nosotros los restantes casi 250 Km a través del Souss Masssa Dra, el Anti Atlas.
La actual Nacional 10 sustituye a la anterior ruta de caravanas, aunque mirándolo bien, no han cambiado tantas cosas…
Esta tarde de viaje me resulta impresionante, los paisajes son espectaculares a medida que ganamos altura. Apenas hay pueblos en el camino y mucho menos tráfico…los seres humanos brillan por su ausencia, salvo un pastor en el alejado horizonte al son del trigo que silva al viento.
Esto hace un clik en mi memoria y recuerdo vagamente cierta historia mundialmente conocida de un pastor que iba en busca de un tesoro personal por tierras no muy lejanas a estas. Pestañeo y el paisaje comienza a mostrar la intensidad que no esperaba y que me sorprende nuevamente, parece que se aprecia la curbatura del orbe bajo estos espectaculares cielos!
Nuestro destino se haya ahora poco definido tras la meseta árida, a una hora de viaje vamos atravesando pequeños puertos desde los que ya se intuye el alto Atlas imponente al norte…lugares en los que los vendedores de fósiles ni siquiera hacen demasiado esfuerzo por ofrecerte nada.
Silencio y fotografías. Dos guardianes de ovejas bajan corriendo a señalar con adusta educación peluda que este territorio les pertenece y son los encargados de su defensa.
El sol va arañando el azul del cielo, que se oscurece y el contraste con los rojos y las montañas de roca pura va trasnformando el paisaje en una espectacular despedida…
Para por primera vez tener delante y magestuosas algunas de las más altas cumbres del Atlas. Sólo silencio y reverencia.
Nieve! Nieve a unos pocos kilómetros de estos 28º!!! Ya he dicho que no he llevado tele y que mi pequeña cámara hace lo que puede, esto es lo mejor que he conseguido aunque sin duda Alfonso o Flo Chan tendrán impresionantes imágenes!
De nuevo la civilización se insinua, a la derecha, rumbo al desierto vemos algunas caravanas que se disponen a pasar la noche, en el camino de nuevo vuelve la vida, las personas que regresan a casa tras el trabajo en el campo…
Uarzazat ha sido escenario de muchas películas, y existen aún unos cuantos decorados en el camino, uno de ellos en plan gasolinera de la Ruta 66, vigilada por señor con no muy buenos modales que exige pago por visión…oímos sus gritos a lo lejos…curioso elemento que no debería estar aquí. (La gasolinera, digo)
Una parada para asomarme a los estudios y cotillear desde las puertas qué es lo que hay ahí, nada, sólo veo naves y ni un alma.
Los coches parece que de momento están llevando bien el viajecito, no sé si serán los más adecuados, pero es lo que había y a pesar de los ruidos extraños y el percance del día anterior, aquí estamos, se merecen una foto para el album de recuerdos! Benditos objetos inanimados!
Se pone el sol tras la falsa muralla del falso decorado, y adoro este dorado y el cobrizo…recupero los tonos y los voy guardando en la memoria de nuevo a golpe de klick.
Nos centramos y tratamos de que funcione el GPS, lo conseguimos a ratos, lo suficiente cómo para que nos lleve por una carretera lateral que rodea Uarzazat y que nos depara otro regalo para acabar el día.
Mitad oasis, con río y palmeras, esta Kasbah no está tan bien conservada pero su ubicación es excelente. Algunos niños juegan, hay luces en las casas bajo la Kasbah, con sorpresa se respira mucha vida aquí, otros olores y una noche cálida y rojiza.
Nuestro primer Oasis, en la puerta trasera de Uarzazat.
Nos alojamos en el hotel Zaghro en la carretera a Zagora, es curioso porque tiene una parte sólo para marroquís y otra en la que nos ubican. El sitio nos gusta, es agradable en mitad de un barrio un poco alejado del centro y del turismo foraneo.
La gente del hotel es muy amable, nos dan las llaves de un montón de habitaciones para que elijamos la que nos gusta, esto fue lo mejor, eran tremendamente particulares! Teniendo en cuenta que costaban como 13 € el resultado ha sido bueno!
No se bien cómo, buscando algún sitio donde cenar, nos pareció buena idea lo de probar dromedario, el sitio parecía curioso, al lado de una vieja pista de aeropuerto. El lugar elegido fue Le relais de Saint Exupéry, ya que aquí se inspiró el autor del principito. En fin, sólo diré que menos mal que el vino estaba muy bueno y que las risas con Yoles no tienen precio, porque al dromedario el sobraban unas cuantas especias. Qué le voy a hacer! Detesto la cocina francesa en general!
Risas mil después, rumbo a nuestras rojas camitas bajo una noche absolutamente estrellada al borde del desierto!
2 Comments
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En vista de las imagenes y tu descripción , Tarudant, me ha parecido un lugar muy bello bajo todo ese cielo estrellado.