Una mañana más el día comienza con el olor del té calentito esperando en la mesa, y deliciosas Baghrir con miel…Desayunamos, entregamos unos pocos regalines y nos vamos a seguir ruta.
Al lado del Riad está Imi-n-Ifri (boca de cueva en bereber), un puente natural sobre una garganta. Hay una historia bereber que asocia este puente de marmol travertino con dos amantes cuyas familias impedían que se viesen, de modo que estos juntaron sus manos y se convirtieron en piedra.
En Demnate el pueblo está en marcha, el ritmo ya es frenético antes de las 10 de la mañana… para casi todo el mundo!
Unos planean, otras esperan…
Decimos hasta pronto a estas tierras y nos vamos hacía las Cascadas de Ouzoud, por el camino, algún mercado de ganado, un encuentro fortuito con los policías de ayer y con un LandRover blanco matrícula de Ourense que conocemos!!! Curioso! ^_^
El paisaje cambia de nuevo, y ahora el Argán se ve sustituido por olivos y algunos almendros. En la zona, encontramos a un chico que se ofrece a llevarnos por un camino «no tan conocido», damos vueltas alrededor de presas de agua, una bajada bastante pendiente en un bosque de olivos e higueras…
Al cabo de un rato de bajada, encontramos esta belleza!
Las cascadas de Ouzoud, se encuentran a 150 km al norte de Marrakech, en medio del Gran Atlas de camino a la población de Beni Mellah. Las cascadas de Ouzoud son unas bellas cascadas de más de 100 metros de altura donde podrás disfrutar de la tranqulidad que se respira en este lugar y de un bonito entorno.
Por medio de unas escaleras o de un camino repleto de olivos, podemos acceder desde la parte superior a la zona más baja de las cascadas donde nos encontraremos con pequeños estanques donde se puede nadar o también acampar.
Eso sí, el agua está helada! Supongo que en verano el calor será horroroso y te metes si o si, pero es que cubre bastante en los pozos que se forman bajo las cascadas con los que la temperatura es fresquita fresquita!
La verdad es que con este caloricllo se agradece el agua y la bruma húmeda que se forma. En la parte de abajo del todo, hay barcas que te dan un paseillo, no se aprecian bien pero a pesar de lo rústico cada una llevaba sus sillas barrocas cubiertas de terciopelos!
Estas son una de las cascadas más hermosas que se pueden observar en Marruecos y en el norte de África. Las cascadas son las más visitadas en esta región, rodeadas de idílicos paisajes, los desfiladeros de El Abid, o preciosos ríos.
Cruzamos el último puentecillo sobre el río (estos puentes me dan mucho miedín aunque sea absurdo, lo paso fatal, siempre! ) pero cruzé 3 o 4, parecerá ridículo pero cada uno tiene sus pequeños miedos, un par de los míos son rpecismaente estos puentecillos y las escaleras móviles, jejejeje…
Al otro lado, merecido descanso y pequeño premio, un delicioso zumo de naranja antes de subir las escaleras, que son unas cuantas! La señora que nos lo hizo era una mujer bereber que me pareció realmente bella, sus rasgos son muy hermosos…y tenía muy buena mano con el zumo y el azucar!
En mitad de la subida paramos un poquillo, otra chica Bereber estaba haciendo tatuajes a marroquís, cómo me arrepiento ahora de no haberme hecho uno, y no en Marrakech! ya os contaré más! 🙂
Los diseños eran sencillos, pero bonitos. Curioso que aquí si queres un tatuaje vas y lo pides, no hay acoso como en otros sitios. En fin, tomando aire de nuevo y hacia arriba!
En una parte más frondosa habitan estos macacos, que campan a sus anchas entre los turistas, un ratín con ellos y fin del trayecto.
Antes de irnos, le agradecimos al chico la visita, nos tomamos algo y yo me despedí de estos rostros y estos gestos que tanto em atraen. Esta señora tenía las palmas de las manos tatuadas con hena, de nuevo un saludo!
De camino a Marrakech paramos a comer en un pueblo que había un mercado, hoy tocaba tajines de nuevo, este es el aspecto de los lugares que frecuentábamos los últimos días! El calor va en aumento rumbo a la ciudad, y en el fondo un poco de pena porque el viaje ha sido precioso, echaré de menos el Atlas y estas miradas y gestos, sin duda!
Entramos a Marrakech por el palmeral, el caos se arrebataba de todo, y la tranquilidad de los días anteriores se veia superada por una serie de estimulos a los que ya no estábamos acostumbrados. Con lo que parecía ser buena suerte encontramso una plaza al lado de la medina donde parecía que debíamos dejar los coches, pero el caos y el calor nos perturbaron, dimos unas cuantas vueltas más para finalmente volver al mismo lugar.
El tráfico, las motos, los burros, los niños, el sol…
Y decirle adios a nuestros coches, con discusión previa con los «gorrillas» de la plaza, Valeria nos vino a buscar y callejeamos de nuevo camino del Riad.
El Riad Al Warda, donde nos hemos alojado es precioso, además hemos tenido la suerte de que sólo tiene 4 habitaciones y una de ellas estaba vacía, con lo que Valeria nso dió las llaves y estúvimos solos alli practicamente todo el viaje, un lujo!
Después de la exploración, un zumo, un té y a la charca!
Fresquitos y con ganas, al caer la noche nos fuimos hacia la plaza Jemaa el fna, y si, impresiona este curioso paraje en mitad de Marrakech. Luces, colores, olores, música y mucho humo!
No pudimos resistirnos y nos mimetizamos con el ritmo de la plaza, viandas de por medio y delicioso té con decenas de especias y pasteles mediante!
Y después de la plaza, el callejeo, y al final el descanso en la ciudad que no descansa nunca!
2 Comments
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La cascada desde luego impresionante y buena foto la del puente, no es que se vea muy estable jejeje.
Lo del caos urbano me agobia solo verlo afuuu sin embargo el Riad Al Warda parece todo un remanso de paz blanco y azul.
Que de cosas y contrastes!!!