Valdivia es la capital regional de la Región de Los Ríos.La primera noticia que se tiene de este lugar es la registrada por el capitán Juan José Ortúzar, teniente gobernador, quien fuera enviado por Pedro de Valdivia, el primer gobernador de Chile, a explorar las costas chilenas. Pastene divisó la bahía de Corral en 1544, sin adentrarse en el río, al cual bautizó como Valdivia en honor a su superior.
Una expedición holandesa, en principio al mando de Hendrick Brouwer, se alió con los indígenas huilliches del canal de Chacao en contra de los colonizadores españoles de Chiloé y luego se trasladaron juntos a la bahía de Corral en 1643, donde también se aliaron con los indígenas para combatir a los españoles.
Estos son los restos del «Imperio» que aún quedan hoy allí.
Abajo, donde el Pacífico crea pequeños charcos salados, el color y las niñas disfrutan del día. Sol a raudales en una ciudad donde el agua es la reina.
Pequeños pueblitos de pescadores que se cuelgan de los acantilados. Agua fria aún en verano. En estas latitudes uno piensa a menudo que el Cantábrico es una balsa de aceite.
En la ciudad, de arquitectura colonial, grandes avenidas, árboles, universidades y casitas bajas merece la pena el paseo por el Mercado Fluvial de Valdivia, dónde se prepara y vende todo tipo de pescado capturado en la zona. El ambiente es alegre, a pesar del intenso trabajo de los hombres y mujeres que preparan grandes cantidades de peces para ponerlos allí mismo a la venta. Labor que realizan bajo la atenta mirada de gaviotines y Cormoranes que a la mínima distracción se abalanzan sobre las capturas, como si de un supermercado gratuito se tratase.
Además, algunos habitantes que no deberían estar aquí, han hecho de este lugar su hogar. Leones marinos que conviven con humanos, gaviotas, cormoranes e incluso un pelícano negro que decidió no seguir ruta al norte.
Realmente la vida es tranquila aquí. El sol del verano es tan delicioso, que no es extraño encontrarse a más de uno echándose una siestecita entre chapuzón y chapuzón.
Hace unos meses han tenido que poner vallas, ya que el presidente Piñera casi fue arrastrado al agua por uno de estos simpáticos otarinos.
En el mercado todo vale, el trabajo sencillo de cada día, como el de este hombre, que va sacando de sus caparazones esta suerte de «choros» de tamaño considerable y un sabor a yodo muy contundente. (No recuerdo el nombre exacto del bicho)
Todo el mercado está bien surtido, como la mayoría de los mercados Chilenos. Frutas, verduras, algas, pescados. La mayor parte recogidos en el lugar o cercanías. Esto si que es practicar Slow Food! Las frambuesas son especialmente deliciosas, las hay a miles. Merecen una parada a parte para degustarlas. Realmente están buenas estas frutillas, sólo las puedo comparar con las que planta mi madre, y esto es porque son mucho más naturales que las que acostumbramos a tomar en España. Básicamente, encuentro que en Chile los productos destinados a la alimentación son mucho más naturales, sabores que conocemos y reconocemos ahora con mayor intensidad. ¿Qué es lo que se nos ha perdido a nosotros por el camino?
Con una gran tradición española, en mitad de las algas, encontramos legumbres de todo tipo, pequeños garbanzos, habas, lentejas y un montón de bolsitas con ají molido para la carne. Deliciosos olores impregnan todo el lugar.
Paseo al sol, poniendo rumbo de vuelta al sur. En un pequeño rincón encontramos las historias que ya fueron, como en aquella revista en la que éramos azules y aún no existían los Mods.
3 Comments
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Valdivia es la capital regional de la Región de Los Ríos.La primera noticia que se tiene de este lugar es la registrada por el capitán Juan José Ortúzar, teniente gobernador, quien fuera enviado por Pedro de Valdivia,……
Aquí se nos ha perdido lo de doblar la espalda y lo hemos cambiado por un ansia de quererlo todo siempre. Para tener frutas y verduras sanas y sabrosas hay que trabajar la tierra, abonar con cucho y estar dispuesto a dejar que la naturaleza se cobre su comision en especie. Pero queremos fresas en diciembre y que se agache a cultivar el vecino del quinto..
Y otro tanto pasa con los animales. Vamos, para practicar el Slow Food, primero hay que practicar cultivar la tierra.
Como me gustan los mercados jejejeje.
Grandes verdades! ^_^